Jose María de Pereda, novelista cántabro pionero en el periodismo

 J.A.Polanco


José María de Pereda y Sánchez Porrúa

Mi relación con Pereda y mi obra preferida.

Este es un pequeño homenaje a unos de los escritores más importantes que ha dado una de las tierras más bonitas de España, Cantabria. Curiosamente hay dos aspectos en mi vida que me unen al personaje elegido. Mi apellido, Polanco, es el nombre de la localidad en la que nacía un 6 de febrero de 1833. Como él, comparto la pasión por las costumbres, la naturaleza y las gentes de esta zona del norte repleta de contrastes. El protagonista de mi artículo es el escritor realista y costumbrista José María de Pereda. Aprovechando que hoy la lluvia no quiere hacer acto de presencia, me siento en uno de los bancos de los jardines que llevan su nombre. Muchos recuerdos en aquel lugar, muchas visitas a los Jardines de Pereda, muchos paseos de pequeño con mi madre… no hay mejor rincón para escribir con admiración estas letras al escritor montañés. Y para ambientar mejor esta cita, observo de nuevo las esculturas del centro del parque inauguradas en el año 1911. Arriba, la figura de José María de Pereda, abajo, rodeando la roca, cinco alto relieves de bronce que representan sus novelas más populares: Peñas Arriba, La puchera, El sabor de la tierruca, La Leva y la novela que me conquistó, SOTILEZA. El que también fuera periodista, político y miembro de la Real Academia de la Lengua Española me fascinó un buen día con una obra que casualmente caía en mis manos en mi tiempo de juventud.  Sus párrafos me introdujeron sin darme cuenta en la máquina del tiempo y me hicieron disfrutar de los rincones de mi ciudad. Tengo que agradecer a Pereda su afán por dedicarse a escribir, su empeño y sus fracasos en su etapa de estudiante en Madrid hizo posible su retorno a casa. “La gramática del amor” fue el primer artículo que bajo un seudónimo consiguió publicar en el nuevo diario “La abeja montañesa” Ese sería el inicio de una brillante vida dedicada a las letras. Pero volvamos a ese trocito de Pereda que siempre llevaré conmigo, SOTILEZA Ese libro mágico se publicó 1885 y nos cuenta los amoríos que provoca Silda, una joven huérfana que vive con un matrimonio marinero de Santander en la popular calle Alta. El marido de la obra decide apodar a la niña Sotileza, una transformación callejera de la palabra sutileza. La relación de la novela con el mundo marinero, con lo próximo, con el entorno se resume en esa misma palabra, ya que también se llama así a la parte más fina del aparejo de pescar, donde se encuentra el anzuelo. Con Pereda viajamos a San Martín, la calle San Francisco, nos acercamos a la Maruca… o conocemos personajes populares como el padre Apolinar. Sólo un maestro de la comunicación te muestra con tanto detalle un pueblo. El arte de utilizar sustantivos muy concretos, un párrafo largo que reproduce el habla tal y como se pronunciaba.

Un paseo literario para sentirnos más cerca de Pereda

En tan sólo un km de recorrido es posible vivir intensamente una gran parte de la vida de este gran escritor. Un camino que todos lo podemos realizar libremente, sólos o acompañados y cualquier día del año. Entenderemos mucho mejor su obra si visitamos la localidad de Polanco y recorremos los lugares prinipales de Pereda. rincones que nos llevarán desde su nacimiento hasta su muerte en 1833. Yo que soy un enamorado de Cantabria, estoy seguro que muchos de nuestros turistas no conocen el origen de Pereda y quizá nadie les ha animado a conocer un poco el pueblo de su nacimiento y los rincones fundamentales de su historia. Hagamos turismo cultural, él se lo merece… 



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